La selección volvió a una semifinales de un gran torneo, por tercera vez desde 2008, tras un ejercicio de suficiencia ante Francia. España ganó sobrada, gracias a dos goles de Xabi Alonso, a una Francia traicionada por el miedo de Laurent Blanc. Aunque quizá ese sea otro de los méritos de este equipo: asusta tanto a los rivales que los desnaturaliza.
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