martes, 19 de junio de 2012

El 'biscotto' se quedó en el horno


España y Croacia cumplieron con su palabra y demostraron a Ios italianos que esperaban un 2-2 que estaban muy equivocados. Las dos selecciones pusieron toda la carne en el asador desde el principio en un partido muy igualado y con mucha tensión. Sobre todo tras el tanto de Cassano en el minuto 36 que dejó en silencio las gradas del Gdansk Arena.

España y Croacia cumplieron con su palabra y demostraron a Ios italianos que esperaban un 2-2 que estaban muy equivocados. Las dos selecciones pusieron toda la carne en el asador desde el principio en un partido muy igualado y con mucha tensión. Sobre todo tras el tanto de Cassano en el minuto 36 que dejó en silencio las gradas del Gdansk Arena.
España no se encontró en ningún momento cómoda en toda la primera parte. Estuvo lenta en la circulación y no encontró espacios ni por dentro ni pora las bandas. Al atasco contribuyó la feroz manera de defender de los croatas, que no se cortaron a la hora de repartir estopa. Sobre todo Srna, que consiguió sacar de quicio a Jordi Alba, Busquets y Piqué con sus marrullerías.
Al descanso se llegó con 0-0, un marcador incierto que mantenía a las dos aficiones al borde de un ataque de nervios y con la incertidumbre de quien acompañaría a Italia a cuartos de final. En la reanudación se mantuvo un guión parecido. Las ocasiones claras no llegaban y el temor a cometer cualquier error irreparable iba en aumento con el paso de los minutos. Fue como un partido de octavos de final, y eso se notó en cada jugada.
El miedo se apoderó de España entera en el remate de cabeza Rakitic en el minuto 59 que salvó Casillas. España estaba agarrotada y cada vez que llegaba Croacia al área sembraba el pánico. Bilic se fue a por todas con un doble cambio mientras la afición española pedía a gritos a Llorente, que ni siquiera estaba calentando. Salieron Navas y Cesc mientras Negredo rumiaba una oportunidad en la banda.
Mientras Del Bosque se lo pensaba, Croacia volvió a hacer temblar a España con un remate de volea de Perisic. A esas alturas el 'biscotto' sonaba a broma pesada de los italianos, que estaban dentro con lo justo mientras españoles y croatas sufrían para lograr una plaza en cuartos. Al final, tras mucho sufrimiento, lo logró España.

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